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domingo, 2 de febrero de 2014

NIKITA EN LAS BARBACANAS...


El otoño de 1985 fue aún mas triste gracias a esta puta canción de Elton John.
Sus acordes acabaron de difuminar un verano fantástico en todos los sentidos en que las noches de verbena en la plaza de abastos,las tardes de piscina municipal y las mañanas de excursiones por las afueras del pueblo habían marcado para siempre el corazón de un grupo de personas,amigos  que muy dificilmente,y como así sucedió,podrían volver a verse,compañeros de juegos y de andanzas hijos de la emigración andaluza de los años 60 que vinieron al barrio,al barrio de sus padres y abuelos,a su barrio, en el largo verano de 1985.
Vascos como Asier e Ibai,
Catalanes como Sergio,Nuria,David,alfonso,Javi,Verónica,
encarni,Ana,Paco y Maria José,
Valencianos como Ramón,Francisco Jesús,Andrés,toni y Pili,
Aragoneses como Christian y Arantxa,
Manchegos como Pedro,Joaquín y Jesús... 

Los veranos vacacionales entonces eran largos; empezaban a últimos de junio y se prolongaban hasta mediados de septiembre.Gota a gota empezaban a llegar los amigos de infancia tiñendo el calendario de imaginativas y gratas sorpresas.Charlábamos hasta altas horas de la madrugada en la placita del chorro intercambiando anécdotas con los primeros en volver y llegados al punto álgido del verano,quizas éramos mas de treinta personas las que dábamos vida a todas horas a unas calles hoy muertas.

La amistad,el amor,la música y la alegría cobraban forma mágica en nosotros con los primeros besos,las primeras derrotas,la primera canción bailada en público,el próximo destino hacia otra historia,las primeras cervezas y las primeras sensaciones de que ya éramos otros.

Se fué el último verano que pasamos juntos.No sé que ostias pasó para que despues de 3 veranos,ese fuese el último.La mayoría de ellos ya no volvieron nunca más y los que lo hicieron volvían vestidos de negro a los entierros y con la prisa del que desaprendió el valor del tiempo.
De todas formas,algo muy bonito impregna aún este viejo barrio de sinuosas calles estrechas y de eras, como si cada uno de los muchachos y muchachas que allí nos conocimos hubiésemos escrito nuestro nombre en la pared de su espíritu imperecedero.

Y entonces llegó el Elton John con Nikita haciéndo que mi subconsciente asociara barbacanas vacías, eras mojadas de rocío,árboles que perdían las hojas y cielo que empezaba a llover con la mas absoluta e inútil de las tristezas.



     

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