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jueves, 9 de julio de 2015

DE TU QUERIDA PRESENCIA...


La irrupción de la política llegó entre patatas envueltas en papel de aluminio y cubiertas de ceniza en una lumbre de la casa del pueblo.Entre botellas de vino brotons,hidalgo y castro...entre botellines (entonces no habia tercios) de alcazar y henninger...entre picatostes untados de ajo y papas cocidas al laurel...altramuces,torraos y aceitunas partías ...posters en las paredes tan grandes como el mundo que a mis catorce años se me ponia enfrente.

La tierra es vuestra jornaleros,defended la republica,vive el che,pablo iglesias os arenga andaluces de jaen.

La casa del pueblo siempre se me antojó demasiado grande para barrerla,fregarla,colocarle sus mesas,airearla ...y sin embargo eran cosas que yo hacia con satisfaccion. 

Me gustaba sobre todo pararme ante la lumbre en los inviernos frios y poco concurridos y escuchar a los hombres crecerse ante el chiquillo.
Hablaban de hechos escamoteados por la historia y de personas muertas a manos de asesinos fascistas.
Referían detalles ,nombres y seguimientos genealogicos con la perfecta precisión del hombre humillado injustamente.

Las llamas golpeaban la pared del hogueril con sus vistosas sombras coloradas al ritmo muchas veces de las frases con que don carlos puebla hizo espíritu al ché.

Yo, siempre que queria oirles narrar historias de la guerra,o de cuando el hambre o de cuando emigraban pa las siegas o de cuando ....: 
...llegaba y    nos    ponía esta canción en el viejo cassette que ya no existe y notaba como la luz mas humana de unos hombres apagados por la vida resurgía desde la memoria del corazón iluminando toda  razon de ser,expandiendose como unica respuesta a tantas y tantas oscuras derrotas soportadas,haciendo visible la verdadera cáusa que subyace en las verdades incómodas....,dando la luz al muermo del vinazo peleón y a la piel de gallina de las helás de enero...

El comandante sigue como siempre 
en las voces de aquellos abueletes...
haciendose real...resucitando....
manteniendose en pie
no arrodillándose
amoldandose aun a las orondas
revoluciones de nuestras barrigas. 

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